La Educacion argentina durante los gobiernos peronismo. (mon premier travail pratique a l'universite en Argentine)

La educación superior Argentina durante los gobiernos Peronismo
                                        (1946-1955)

Introducción

La educación superior sobre el Peronismo ha caracterizada por diversos conflictos: Iglesia católica – peronismo - Estudiantes. El Peronismo una vez llegó al poder se sostuvo desde el gobierno la necesidad de limitar el proceso de politización de la Universidad, modificación de las leyes y los estatutos universitarios. Se presenta como una nueva propuesta política centrada en el bien común que reconstruiría un país lastimado por la exclusión social, la pobreza y la falta de trabajo y de inequidad social.
Así que, vamos a ver como fue la educación sobre el Peronismo o sea la representación de Peronismo sobre la educación superior, los conflictos entre la Iglesia católica y el peronismo.


En 1946 – 24 de febrero el pueblo Argentina decidió que el Coronel Perón fuese presidente de la República. Desde 1946, Perón desarrolla intensamente su idea fundamental mediante las realizaciones de su primer Gobierno, una tarea de progresivo y sistemática adoctrinamiento personal de la Nación, en particular del pueblo a través de sus organizaciones sociales, económicas, políticas, culturales y educativas.
Perón fue uno de los pocos hombres de la revolución que percibió que había algo que satisfacer en el pueblo y que hacerlo iba a ser el elemento legitimador de la revolución.

La educación y peronista
En mayo de 1946, luego de las elecciones y un mes antes de que Perón asumiese la presidencia el sistema educativo fue nuevamente intervenido. Por Perón, la educación debe imponer los siguientes principios:
1)     Que en la conciencia encaje exactamente la justicia.
2)   Hacer comprender que el fin de la vida no es la riqueza sino la virtud.
3)   Que el individuo es egoísta y destructor. Que el hombre no puede vivir aislado; por consiguiente debe desarrollar su espíritu social, de cooperación altruista. Que fijando con pre escisión los deberes y los derechos sociales se hará efectivo el ''amaos los unos a los otros''
4)   Estimular por todos los medios la educación moral, científica, artística, practica y vocacional.
La política universitaria de la Revolución Libertadora se basó en una serie de principios que, de alguna manera, quedaron plasmados en el discurso con que Dell'Oro Maini puso en funciones a José Luis Romero como interventor. Para el ministro de Educación, la educación superior debía reorganizarse sobre la base del respeto de la autonomía, ''fundamento de la estructura y el cumplimiento de las funciones de la Universidad''.  Como Perón se veía la Educación superior?

La Universidad y el Peronismo

Juan Domingo Perón llegó al poder, se estructuró una nueva alianza política integrada básicamente por los gremios de trabajadores y diversos sectores políticos provenientes de un amplio espectro ideológico, desde la izquierda nacional hasta la derecha nacionalista.
En noviembre de 1947 se aprobó la Ley 13.031, que estableció un nuevo régimen para las universidades nacionales, por los rectores y los profesores eran designados por el PEN y los decanos por los rectores, por lo que se limitó fuertemente la autonomía universitaria. El objetivo de esta Ley era el control político de las universidades. Su articulado era muy detallado contrariamente a la derogada ley Avellaneda. Tenía 118 artículos a diferencia de los cuatro de la Ley anterior. Entre 1946 y 1955, año en que el presidente Perón es derrocado por un golpe militar, se desarrollo una política de fuerte expansión del sistema educativo en todos sus niveles, lo que posibilitó el ingreso de sectores sociales hasta este momento marginado de la Educación. La enseñanza primaria, la media y la universitaria registraron tasas de escolarización y de incremento de sus matriculas muy altas, quizás las mayores de la historia de la educación argentina. En 1949, se estableció el ingreso libre a la universidad y su gratuidad. Pero ello, la matrícula universitaria pasó de 47.400 estudiantes en 1945 a 136.362 en 1955.
En septiembre de 1955 un golpe militar derrocó al presidente Perón. Las militares estuvieron acompañadas de dirigentes políticos de partidos que, como la Unión Cívica Radical, habían sido derrotados por el peronismo en 1946 y consecuentemente, expulsados de las universidades. El gobierno militar las intervino, declaró cesantes la mayor parte de los profesores e integró las intervenciones universitarias con intelectuales vinculados al radicalismo, al socialismo y a reemplazo por el gobierno militar. Poco días después del golpe de septiembre de 1955, las universidades fueron ocupadas por agrupaciones estudiantiles que habían militadas en la oposición al peronismo. Durante los últimos días de septiembre y principios de octubre de 1955, las universidades fueron intervenidas y se designaron nuevas autoridades al frente  de cada una de ellas.
Para el conjunto de los intelectuales el gobierno de 1943 y la figura de perón eran leídos exclusivamente dentro del contexto internacional que oponía a los Aliados con el nazismo y el fascismo, y de ahí Silvia Sigal dice en su libro, Intelectuales y Peronismo en Nueva historia argentina tomo VIII, pag. 501, Buenos Aires 2002, Ed. Sudamericana, que: Perón era percibido, sobre todo, como una figura del régimen  militaría, dentre de este, formando parte de la fracción de coronel pronozis. El anti peronismo de los intelectuales nace de esa percepción y no como oposición a las nuevas políticas sociales”. Todo esto lleva a la situación que este mismo autor en el mismo libro pag. 482, resume diciendo:
hay por lo menos dos puntos de acuerdo entre quienes se han interesado en la relación entre los intelectuales y el primer peronismo. El primero es que casi la totalidad de los escritores, artistas y universitarios liberales y democráticos fueron antiperonistas, el Segundo, que si los intelectuales peronistas fueron muy contados, mas contados fueron, entre ellos, quienes gozaban de prestigio y reconocimiento en el ámbito de la cultura. Puede imaginarse sin riesgo que sus protagonistas, peronistas o no, hubieran suscripto hasta 1955, esta somera descripción”.



Iglesia católica y peronismo

Catolicismo y peronismo en la Argentina, la ruptura que existía entre el catolicismo y los sectores populares – sectores que adquieren una presencia cada vez más notable a partir de los procesos de industrialización y crecimiento urbano desde la década de 1930 – era reconocida por relevantes actores de la institución eclesiástica. Así, monseñor Emilio Di Pasquo no dudaba de señalar en su revista Eclesiástica del Arzobispado de Buenos Aires, Granica, 1974, P. 219, que: “... si hay dos términos sociales opuestos, si hay dos sectores en nuestros días que se han declarado guerra implacable, son sin duda el capital y el trabajo. Ahora bien, todo el mundo sabe que el obrero ha aliado en su mente el capital con la iglesia, de suerte que el abismo que separa el capital del trabajo es el mismo que separa a los trabajadores de la Iglesia”.
Dentro de esta perspectiva, el ascenso del peronismo fue considerado como la posibilidad de instrumentar los aparatos de Estado y su capacidad coercitiva, fundamentalmente el derecho jurídico y la capacidad de censura, como medio para establecer la hegemonía del catolicismo.
La unidad Estado-Iglesia se expreso en las múltiples manifestaciones de apoyo que mutuamente desplegaron el gobierno peronista y la jerarquía eclesiástica y que otorgaron a la Iglesia un considerable espacio público: a Iglesia católica, durante los primeros años del peronismo, se transformo en una presencia constante, estrechamente vinculada a la política oficial. Sin embargo, ni los puntos de coincidencia, ni las mutuas manifestaciones de apoyo impidieron que, en la implementación de las políticas concretas, surgieran una serie de conflictos en torno al control de ciertas áreas  de la sociedad civil.

Conclusión
Definitivamente, la presión y la intromisión del poder político de peronista en la vida universitaria habían sobrepasado para gran parte de los académicos, el limito de lo tolerable. La mayoría de ellos había iniciado y desarrollado su actividad universitaria en un ámbito preservado, hasta cierto punto de las disputas políticas. Algunos como autoridades de las casas de estudios le rancia hacia el disensión. Hasta entonces, los canales de diálogo habían permanecido abiertos y la política no había fracturado a la comunidad académica.


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